Ruego a Evodia y a SÃntique, que sean de un mismo sentir en el Señor. Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores mÃos, cuyos nombres están en el libro de la vida. (Filipenses 4:2-3)Puesto que el conflicto entre personas destacadas en la iglesia genera inestabilidad en toda la congregación, las dos mujeres que contendÃan en Filipos representaban un peligro para la estabilidad de toda la iglesia. ExistÃa una posibilidad real de que los filipenses cayeran en la crÃtica, la amargura, la venganza, la hostilidad, el rencor y el orgullo. Pablo sabÃa que a menos que se tomaran prontas medidas al respecto, la iglesia filipense podÃa desintegrarse en sectores hostiles generadores de división. Era imperativo que los filipenses fueran âsolÃcitos en guardar la unidad del EspÃritu en el vÃnculo de la pazâ (Ef. 4:3; cp. Col. 3:14). . . .