Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecÃa, y guardan las cosas en ella escritas; (Apocalipsis 1:3a)El libro de Apocalipsis inicia y termina con promesas de bendición (bienaventuranzas, como en Mt. 5:3-12) para quienes lo leen y lo obedecen (cp. 22:7; Lc. 11:28). Pero estas son solo dos de las siete promesas de bendición que contiene el libro; el resto son igualmente maravillosas: "Bienaventurados de aquà en adelante los muertos que mueren en el Señor. SÃ, dice el EspÃritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen" (14:13). "He aquÃ, Yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza" (16:15); "Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero" (19:9); "Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección" (20:6); "Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad" (22:14). . . .