Jesús entonces, al verla llorando, y a los judÃos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espÃritu y se conmovió, y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve. Jesús lloró. Dijeron entonces los judÃos: Mirad cómo le amaba. (Juan 11:33-36)Comprensiblemente, la escena es intensa en pena y dolor. MarÃa no era la única que estaba llorando (una forma del verbo klai¯o; âgemirâ, o âllorar a gritosâ), los judÃos que la acompañaban también lloraban y gemÃan fuertemente. De acuerdo con la costumbre judÃa, hasta de las familias más pobres se esperaba la contratación de al menos dos flautistas y una plañidera. Como MarÃa, Marta y Lázaro eran una familia prominente, probablemente tuvieran aún más dolientes profesionales, además de quienes habÃan venido a presentar sus respetos (v. 19). . . .