Pablo escribió esta sección de su epÃstola para aliviar la pena y la confusión de los tesalonicenses. Le preocupaba la ignorancia de ellos acerca de los que duermen y que se entristecieran asà como los otros que no tienen esperanza. Como su pena estaba basada en la ignorancia, él los consoló dándoles conocimiento. La frase âtampoco queremos, hermanos, que ignoréisâ o su equivalente, suele presentar un tema nuevo en las epÃstolas de Pablo (cp. Ro. 1:13; 1 Co. 10:1; 11:3; 12:1; 2 Co. 1:8; Fil. 1:12; Col. 2:1). La palabra tampoco y el término afectuoso âhermanosâ (cp. vv. 1, 10; 1:4; 2:1, 9, 14, 17; 3:7; 5:1, 4, 12, 14, 25) enfatizan el cambio de asunto y llaman la atención a la importancia del nuevo tema. En este caso, Pablo no solo presentó un nuevo tema, sino también la nueva revelación que habÃa recibido âen palabra del Señorâ (v. 15). Puesto que esta era su preocupación principal, Pablo trató primero la cuestión de los que duermen. Si bien koima¯o (dormir) se puede usar para el dormir normal (Mt. 28:13; Lc. 22:46; Hch. 12:6), se refiere más a menudo a aquellos que han muerto (vv. 13-15; Mt. 27:52; Jn. 11:11; Hch. 7:60; 13:36; 1 Co. 11:30; 15:6, 18, 20, 51; 2 P. 3:4). En el versÃculo 14, los que duermen aparecen identificados como âa los que durmieron en Ãl [Jesús]â. El participio presente koim¯omen¯on (v.13) se refiere a aquellos que duermen continuamente como un curso normal de la vida en la iglesia. Ellos estaban cada vez más preocupados por sus hermanos creyentes que continuaban muriendo. . . .