El soldado romano siempre llevaba puesta una túnica, una cubierta exterior que servÃa como su prenda básica. Por lo general, se elaboraba a partir de un pedazo grande y cuadrado de tela con aberturas para la cabeza y los brazos. CubrÃa con soltura la mayor parte del cuerpo del soldado; y como la parte más intensa del combate antiguo era mano a mano y cuerpo a cuerpo, una túnica suelta era un impedimento y hasta un peligro potencial. Por ese motivo, antes de la batalla, era fijada con esmero al cuerpo bajo un cinturón grueso y pesado de cuero que mantenÃa ceñidos los lomos de los soldados. . . .